Postura de gato
Los animales son buenos para la salud física y mental de los seres humanos; esto ahora está científicamente probado. Los gatos de terapia ayudan a sus compañeros humanos a tratar a los enfermos mentales o a salvar a las personas mayores en hogares de ancianos del aislamiento. Siga leyendo para descubrir cómo funciona esto.
Existe una especialidad en psicoterapia humana llamada "terapia asistida por animales". Diferentes especies animales ayudan a sus amos y amantes en el tratamiento de sus pacientes con trastornos de ansiedad, depresión, autismo o demencia.
Los perros de terapia se utilizan a menudo, pero la terapia con delfines o la equitación con caballos también asegura que estas personas se sientan mejor más rápido. Los gatos de terapia no son de ninguna manera inferiores a sus colegas animales.
¿Qué tareas realizan los gatos de terapia?
Los gatos de terapia viven en la práctica de un psicoterapeuta o lo acompañan en las visitas de los pacientes. No tiene que realizar ninguna tarea especial para ayudar al paciente. Basta con que estén ahí y se comporten con normalidad, como cualquier otro gato. Tú decides por ti mismo lo que quieres hacer. Los gatos de terapia, por ejemplo, se acercan a los nuevos pacientes con curiosidad y los olfatean con atención.
Al hacerlo, se muestran imparciales y no juzgan a las personas. Esto tiene un efecto calmante y puede ayudar a reducir los miedos o preocupaciones sobre la situación de la terapia o el psicoterapeuta. El tratamiento es mucho más fácil de esta manera.
¿Puede cada pata de terciopelo convertirse en un gato de terapia?
En principio, cada nariz peluda puede convertirse en un gato de terapia. Sin embargo, no es recomendable traer tigres domésticos con problemas de comportamiento junto con extraños, ya que estos gatos primero necesitan la ayuda del psicólogo felino. Un gato de terapia tampoco debe tener miedo de los visitantes y debe estar algo orientado a las personas. Si la terapeuta de patas de terciopelo no solo ayuda en la práctica, sino que también conduce en las visitas domiciliarias, también es importante que le guste conducir y se sienta cómoda rápidamente en lugares desconocidos.
Los gatos deben estar sanos y vacunados para que los pacientes no puedan contraer enfermedades por ellos. Esto es particularmente importante para las personas mayores e inmunodeprimidas. En este caso, para estar seguro, es aconsejable no vomitar al gato, es decir, alimentarlo con carne cruda. Porque incluso el germen más pequeño puede poner en peligro la vida de las personas inmunodeprimidas.
Los gatos de terapia a menudo provienen del bienestar animal. Esto también puede ser patas de terciopelo con una discapacidad, por ejemplo, ceguera. Los gatos no solo tienen un hogar amoroso y una tarea importante, sino que también sirven como modelos a seguir para los pacientes humanos. Usando el ejemplo de los animales, las personas pueden ver que los miedos, las discapacidades y las experiencias traumáticas pueden superarse.
Así es como los gatos de terapia ayudan a las personas mayores
Las personas mayores en hogares de ancianos a menudo se sienten solas, sufren diversas dolencias físicas o demencia. Los gatos de terapia pueden ayudar a aliviar estos problemas de salud. Su sola presencia aporta variedad y vida a la vida cotidiana de las personas mayores. La visita de los animales te permite olvidar la soledad, te hace feliz y relajado.
Otros efectos positivos de la terapia asistida por animales con gatos:
● Reduce la presión arterial alta.
● Los latidos del corazón se calman
● Disminuyen las hormonas del estrés en la sangre.
● Los niveles de colesterol bajan
Terapia asistida por animales para personas con enfermedades mentales
Los gatos de terapia reaccionan directamente al comportamiento de una persona y se comunican con ella de esta manera: honestamente, sin adulterar y sin motivos ocultos. Con el tiempo, esto crea una relación de confianza entre el animal y el paciente. El gato puede ser acariciado, ronroneando y tal vez incluso abrazado en su regazo.
Esto promueve la empatía, te calma y te ayuda a concentrarte en el momento. Además, las narices de piel proporcionan un tema de conversación, por lo que disminuye la timidez del terapeuta humano por parte del paciente. La aceptación y el cariño sin prejuicios del gato también es un bálsamo para una autoestima rota.
De esta forma, los gatos de terapia ayudan a los pacientes que padecen las siguientes enfermedades mentales, por ejemplo:
● depresión
● Trastornos de ansiedad
● Trastorno de estrés postraumático (PTSD)
Terapia con gatos para niños con autismo
La terapia asistida por animales no solo ayuda a los adultos, sino también a los niños. Los niños con autismo en particular se benefician de la terapia con acompañamiento animal. El autismo tiene muchas facetas y grados de gravedad diferentes, pero todavía hay algunas cosas en común:
● Dificultades en la comunicación interpersonal.
● Dificultades con el pensamiento abstracto (las declaraciones a menudo se toman literalmente)
● Dificultad para interpretar los sentimientos de otras personas.
● Problemas para formar amistades y relaciones interpersonales.
Los gatos de terapia toman a sus pequeños pacientes humanos por quienes son. No utilizan la ironía, no ambigüedades en la comunicación y siempre dan retroalimentación directa sobre el comportamiento de su contraparte. Las dificultades que surgen para los niños autistas en la comunicación interpersonal no surgen en contacto con animales. Esto ayuda a los niños a abrirse y también a comprender mejor a sus semejantes.
También te pueden interesar estos temas sobre gatos:
Gatos de interior: jugando con humanos
5 consejos para una relación exitosa entre humanos y gatos
Gato y ser humano: por qué cada relación es única