Aseo
Probablemente esté familiarizado con esto: su perro cojea repentinamente y no quiere dar más pasos. Por lo general, la causa es una lesión en la pata. Si conoce las principales fuentes de peligro, puede evitar fácilmente tales heridas.
Dado que los perros no usan calcetines o incluso zapatos como nosotros, son muy susceptibles a las lesiones en las patas. Las heridas en esta área sensible solo se curan muy lentamente porque el amigo de cuatro patas naturalmente necesita sus patas todos los días y solo puede protegerlas con gran dificultad. Por eso es aún más importante prevenir las lesiones en las patas.
Las causas más comunes de una lesión en la pata
La mayor fuente de peligro son, sin duda, los cristales rotos. Por lo tanto, debe mantener a su perro con correa si descubre botellas rotas o similares mientras camina. La hierba alta también es peligrosa en lugares concurridos donde, por ejemplo, se han realizado barbacoas o celebraciones. Aquí también pueden esconderse pequeños cristales rotos u otros objetos afilados. Por lo tanto, evite pasear a su perro en esos lugares.
Las ramas con espinas que corren a lo largo del suelo, por ejemplo, de arbustos de bayas silvestres, provocan rápidamente lesiones en las patas: si su perro las pisa, una espina puede atascarse en la pata y romperse. A menudo, la causa de la cojera es apenas reconocible. Así que evite caminar cerca de árboles de acacia como la langosta negra, que es conocida por sus ramas espinosas.
Evite el uso de sal para carreteras en invierno
Tan pronto como llega el invierno, muchas personas recurren a la sal para carreteras. Esto convierte rápidamente el caminar por los senderos en un desafío para los perros. El motivo: la sal agresiva se asienta entre los dedos de los pies y crea pequeñas grietas desagradables que, con mucha mala suerte, pueden incluso encenderse. Lave bien las patas de su perro con agua tibia después de una caminata invernal.
Algunos amigos de cuatro patas tienen más problemas con la sal que otros. Puede reconocer esto por el hecho de que su perro ya no quiere salir a pasear en invierno o que se lame y muerde las patas durante mucho tiempo después de salir a pasear. En este caso, debes ponértelos en zapatos especiales de minoristas especializados cuando salgan por la puerta. O puede intentar evitar los paseos por las aceras llenas de gente por completo.
Por cierto, la grava de bordes afilados, que se distribuye en algunas calles, tiene un efecto similar a la sal. Por lo tanto, debe evitar esos lugares al caminar y, si es necesario, tratar sus patas de la misma manera que lo haría con la sal para carreteras.
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