Síntomas de la enfermedad
Hay varias causas posibles de anorexia en gatos. El dolor de muelas, por ejemplo, a menudo se nota cuando un gato no está comiendo.
El dolor de muelas, la inflamación de las encías y la enfermedad periodontal pueden ser tan preocupantes para un gato que no querrá comer. Lea aquí cómo puede saber si su mascota en realidad no está comiendo nada debido al dolor de dientes y qué otros síntomas de problemas dentales existen.
¿El gato no come? El dolor de muelas como causa
Los gatos están acostumbrados a no mostrar el dolor con demasiada claridad, ya que en la naturaleza podría ser potencialmente mortal en el pasado si mostraban debilidad. Por tanto, es difícil reconocer un dolor de muelas desde el exterior. La conducta alimentaria puede proporcionar información importante. Por ejemplo, un gato afectado puede sentarse frente a su plato y comer poco o nada.
También es posible que se cuele alrededor del tazón, de repente coma muy rápido y deje caer la comida en el proceso. Quizás inclina la cabeza mientras mastica para proteger el lado dolorido o de repente solo prefiere la comida húmeda, aunque le gustaba comer comida seca. Lo contrario también es un síntoma. Algunos gatos también gritan cuando mastican con los dientes doloridos. Sin embargo, el rechazo de alimentos y la pérdida de apetito también pueden tener otras causas además del dolor de muelas. Estos no siempre son inofensivos, especialmente cuando hay otros síntomas de enfermedad como fatiga, diarrea o estreñimiento. De cualquier forma, es recomendable una visita al veterinario si los gatos no comen durante más de 24 horas.
Otros síntomas de dolor de muelas en gatos
Además, existen otros indicios de dolor de muelas en gatos. Por ejemplo, su gato puede ser inusualmente agresivo cuando intenta acariciarle la cabeza o la barbilla. Si grita y puede golpearlo, es una señal de que le duele la boca. Pero incluso un ligero espasmo en la espalda al tocar la barbilla o la cabeza ya es un indicio de dolor.
Los gatos que sufren de dolor de muelas también suelen intentar alcanzar la zona dolorida con la pata y acariciarse la cara con una frecuencia notable. Pueden frotarse más la cabeza contra objetos o el piso mientras intentan aliviar el dolor. La salivación abundante y el crujir de dientes también son signos importantes. Si logras mirar a tu gato en la boca, es posible que notes enrojecimiento de las encías o sarro, así como un desagradable mal aliento. ¡Entonces es hora de ver al veterinario!
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