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Los gatos son maestros en no mostrar dolor. A menudo, los dueños de mascotas tienen que observar muy de cerca para incluso determinar que algo falta en su pata de terciopelo. Para usar los analgésicos para gatos correctamente, es particularmente importante saber dónde está el dolor, qué lo está causando y qué tan severo es.
Para poder elegir un analgésico adecuado para gatos, primero hay que aclarar qué tan intenso es el dolor y si es agudo o crónico. Por lo tanto, primero un veterinario debe determinar la causa del dolor. Importante: Los gatos no pueden recibir medicamentos humanos bajo ninguna circunstancia. Si tu gato tiene sobrepeso y, por tanto, sufre dolores musculares o articulares, lo primero que debes hacer es deshacerse poco a poco de los kilos de más.
¿Los remedios caseros para gatos son adecuados como sustitutos de los analgésicos?
Desafortunadamente, los remedios caseros solo son posibles hasta cierto punto como analgésicos naturales para gatos. La razón: por lo general, no tienen un efecto analgésico. La buena noticia: los remedios caseros se pueden utilizar como tratamiento de apoyo.
Por ejemplo, si un gato sufre de estreñimiento y el dolor asociado, un poco de puré de calabaza en la comida puede ayudar. El té de salvia diluido con agua potable puede ayudar a tu gato con un resfriado. Si se trata de un dolor persistente o intenso o si no está seguro, es recomendable acudir al veterinario y luego, si es necesario, a la farmacia.
Analgésicos para gatos de farmacia.
Hay varios analgésicos para gatos disponibles sin receta en las farmacias. Sin embargo, estos son bastante débiles y es posible que no ayuden con el dolor intenso. Existen diferentes formas de dosificación para gatos como comprimidos, gotas, zumos, ampollas y pienso complementario en forma de polvo.
También puede obtener analgésicos homeopáticos para gatos en forma de gotas o glóbulos en la farmacia. Estos pueden colocarse directamente en el hocico de la pata de terciopelo o mezclarse con el agua potable o la comida. Sin embargo, consulte con el veterinario o el sanador de animales de antemano sobre la dosis correcta y los remedios adecuados para su gato. Tenga cuidado con cualquier producto de venta libre para humanos en las farmacias, ya que no es adecuado para el tratamiento de mascotas. ¡Precaución! La aspirina, el paracetamol y similares son particularmente venenosos para los gatos.
Analgésicos recetados por veterinarios
Los medicamentos recetados del veterinario son algo más fuertes. A menudo se utilizan para el dolor en el sistema musculoesquelético y funcionan muy bien. Pregúntele a su veterinario acerca de lo que se conoce como "analgésicos moderados". Puedes darle estos analgésicos a tu gato tú mismo en casa. Puede ver cómo funciona mejor en el video:
Además de las preparaciones que el veterinario puede recetar en casa, el veterinario ofrece analgésicos aún más fuertes. Para estar seguro, estos solo pueden administrarse de forma ambulatoria y, por lo tanto, requieren una visita al veterinario. De esta forma, puede controlar si el gato puede tolerar el producto y, en caso de emergencia, dejar de usarlo a tiempo. La administración doméstica por parte del propietario del gato solo es posible en circunstancias especiales, previa consulta y con la máxima precaución.
Analgésicos para pacientes hospitalizados
Si su pata de terciopelo sufre de un dolor extremadamente severo, puede ser necesaria una estadía en una clínica veterinaria. También hay analgésicos en la medicina veterinaria que son tan fuertes que están sujetos a la Ley de Estupefacientes. Estos solo pueden ser administrados a pacientes animales por especialistas médicos de forma hospitalaria. Los veterinarios de la clínica de su confianza le darán información detallada sobre las formas de administración y los riesgos.
Formas alternativas de terapia para el alivio suave del dolor en gatos
Si los síntomas persisten, también se pueden considerar formas alternativas de terapia a largo plazo. Se puede lograr un gran éxito, por ejemplo, con apósitos para el dolor, acupuntura, acupresión o masajes. Los vendajes de soporte, las tablillas o las compresas frías o calientes también pueden ayudar. Hay fisioterapeutas animales y también ejercicios de fisioterapia que puedes hacer tú mismo con tu gato, siguiendo las instrucciones. Además, a menudo se utilizan terapias físicas, como láser, radiación, ondas de choque o terapias de campo magnético. El veterinario también te asesorará sobre esto.
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