Inflamación intestinal crónica (EII) en gatos: ¿que es?

Anonim

Enfermedades animales

La EII en gatos significa "Enfermedad Inflamatoria Intestinal" y puede traducirse como "inflamación intestinal crónica". No se trata de una sola enfermedad, sino que es un término colectivo para diversas enfermedades inflamatorias de la zona intestinal que persisten de forma permanente. No existe cura para la EII, pero se puede tratar bien. Todo lo que necesita saber sobre la enfermedad está aquí.El veterinario intenta aliviar la EII en gatos con una combinación de cambio de dieta y medicación - Shutterstock / M. A. Arkhipov

La inflamación intestinal crónica no solo existe en los gatos, sino también en perros y humanos; las formas más comunes de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa están ahí. Se sabe poco sobre las causas. En los seres humanos, los médicos asumen que se unen una predisposición genética y una reacción autoinmune del intestino y que la enfermedad se desencadena a través de un desencadenante, como ciertos alimentos o bacterias.

¿Qué es la EII en los gatos?

La EII en gatos no está tan bien investigada como en humanos. Sin embargo, dado que la inflamación intestinal crónica se manifiesta de manera similar en los animales, se sospecha que la causa es una mezcla de predisposición, reacción autoinmune y desencadenante. También existen diferentes formas de EII en los gatos. Por ejemplo, el intestino grueso en particular puede verse afectado, como en la colitis ulcerosa. Sin embargo, también es posible que esencialmente el intestino delgado esté crónicamente inflamado, como suele ser el caso de la enfermedad de Crohn.

La inflamación crónica hace que la pared intestinal de la sección afectada del tracto digestivo se vuelva más gruesa. Esto conduce gradualmente a un estrechamiento de los intestinos y al deterioro de las habilidades motoras intestinales. Los gatos enfermos ya no pueden digerir su comida correctamente y sufren dolorosos calambres abdominales.

Reconociendo la inflamación crónica del colon en los gatos: síntomas de la EII

Los síntomas de la EII en los gatos dependen de si la inflamación crónica se encuentra en el intestino grueso o delgado. Si el intestino delgado se ve afectado por la EII, generalmente se manifiesta a través de los siguientes signos:

● diarrea
● sangre en las heces (reconocible por heces negras)
● pérdida de peso

Si el colon está inflamado crónicamente, esto puede reconocerse por estos síntomas, por ejemplo:

● Uso frecuente del baño con pequeños excrementos.
● Aumento de la necesidad de defecar (tenesmo)
● Moco y rastros de sangre en las heces.
● Casi ninguna pérdida de peso

A menudo, con la EII también hay vómitos. A veces, tu gato también tendrá el estómago hinchado. Los síntomas de la inflamación intestinal crónica no son siempre los mismos, sino que ocurren en ráfagas. Como resultado de problemas digestivos, la comida ya no se puede procesar correctamente, lo que resulta en síntomas de deficiencia. Esto incluye:

● fatiga
● fatiga
● depresión
● Pelaje opaco o desgreñado

¿Cómo diagnostica el veterinario la EII?

Desafortunadamente, los síntomas de la EII no están claramente relacionados con esta enfermedad. Los trastornos digestivos y los síntomas de deficiencia también pueden indicar otras enfermedades. Dado que las causas no han sido aclaradas de manera inequívoca, el veterinario solo tiene la opción de un diagnóstico de exclusión para identificar la inflamación intestinal crónica. Con la ayuda de análisis de sangre y heces, pruebas de funcionamiento de ciertos órganos y ultrasonido, intenta descartar las siguientes enfermedades:

● Parásitos, por ejemplo gusanos
● Bacterias, por ejemplo, salmonella.
● problemas renales
● problemas de hígado
● Tiroides hiperactiva (hipertiroidismo)
● Leucosis felina (FeLV)
● Peritonitis infecciosa felina (FIP)
● Inmunodeficiencia felina (FIV)
● Insuficiencia pancreática exocrina (EPI - insuficiencia pancreática crónica)
● Tumores en el tracto digestivo.

El veterinario también usa una dieta de exclusión para evaluar si su gato puede estar sufriendo una intolerancia a los alimentos o una alergia a los alimentos. Sin embargo, una dieta de exclusión también puede mejorar la EII. Por lo tanto, una ecografía abdominal y una colonoscopia (endoscopia) son importantes para confirmar o refutar la inflamación intestinal crónica. Con la ayuda de una muestra de tejido (biopsia) durante la colonoscopia y su examen, el veterinario puede ver si existe una inflamación crónica. La ecografía también es importante para detectar o excluir tumores en el tracto digestivo.

Trate la EII cambiando la dieta

La terapia para la EII en gatos tiene como objetivo aliviar los síntomas de forma permanente. Actualmente no hay cura. En primer lugar, el veterinario intenta calmar el tracto digestivo, corregir los síntomas de deficiencia y mantener un peso saludable cambiando estrictamente la comida. Al igual que con el tratamiento de la intolerancia alimentaria, la EII implica una dieta de exclusión.

Su gato solo podrá comer alimentos con carne que nunca antes se le haya dado, por ejemplo, conejo, pato, ternera o tipos exóticos de carne como reno, alce, ñu o canguro. Los gatos con EII del intestino grueso también se benefician de una mayor proporción de fibra cruda en su comida. Esto puede ayudar a estimular las habilidades motoras intestinales y mejorar la consistencia de las heces para que su mascota pueda defecar más fácilmente.

En casos graves con diarrea intensa y vómitos frecuentes, su gato puede estar deshidratado. Entonces puede ser necesaria una infusión para equilibrar el líquido.

Medicamentos antiinflamatorios para la EII en gatos

Como complemento, el veterinario prescribirá a su gato medicamentos antiinflamatorios, por ejemplo con el ingrediente activo prednisolona. Alivia la inflamación y suprime la reacción autoinmune en los intestinos. Desafortunadamente, la prednisolona a veces tiene efectos secundarios graves, como una mayor susceptibilidad a infecciones o diabetes mellitus. Por lo tanto, su veterinario reducirá la dosis inicialmente alta con el tiempo y alargará los intervalos entre medicamentos. Este proceso se denomina "soltar" y está destinado a garantizar que predomine el efecto antiinflamatorio y que los efectos secundarios sean lo más leves posible.

El tratamiento con cambios en la alimentación y medicamentos antiinflamatorios puede no ser suficiente. En este caso, puede tener sentido administrar también antibióticos o inmunosupresores más fuertes (agentes que inhiben el sistema inmunológico). Pero definitivamente deberías discutir esto con tu veterinario. Una vez que el tratamiento ha estabilizado con éxito el estado de salud de su gato, este es el primer paso hacia la mejora. Por lo tanto, es importante que visite regularmente al veterinario con su gato y esté atento a cualquier nuevo brote.

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