Postura de gato
El cerebro de un gato es tan fascinante como cualquier cosa que tenga que ver con estos graciosos animales. La función y estructura del cerebro son similares a las de otros vertebrados, incluidos los humanos. Aún así, estudiar el cerebro del gato no es fácil.
Los científicos que estudian el cerebro del gato recurren a diversas disciplinas como la medicina, la neurociencia y las ciencias del comportamiento para descubrir el secreto de este complejo órgano. Puede averiguar lo que se ha encontrado hasta ahora aquí.
Dificultad para explorar
Cuando se trata de funciones físicas controladas por el cerebro del gato, los investigadores pueden utilizar el cerebro humano o el de otros vertebrados como guía. Esto incluye secuencias de movimiento, reflejos y ciertos instintos innatos, por ejemplo, para comer. Se pueden obtener más conocimientos de patología y neurología, así como de medicina, si un área del cerebro del gato deja de funcionar repentinamente debido a una enfermedad. Se identifica la parte enferma del cerebro y se comparan el comportamiento, los movimientos y la apariencia del gato enfermo con los de un gato sano. De esto se puede concluir la función de la parte enferma del cerebro.
Sin embargo, cuando se trata del pensamiento, los sentimientos y la conciencia de un gato, resulta difícil investigarlos científicamente más allá de toda duda. Aquí los científicos confían en la comparación con los humanos, ya que los gatos no pueden hablar. De esto se pueden derivar supuestos y teorías, pero no hechos indiscutibles.
Cerebro de gato: función y tareas
El cerebro del gato se puede dividir en seis áreas: cerebelo, cerebro, diencéfalo, tronco encefálico, sistema límbico y sistema vestibular. El cerebelo es responsable del funcionamiento de los músculos y controla el sistema musculoesquelético. Se supone que el asiento de la conciencia está en el cerebro, y la memoria también se encuentra allí. Según el conocimiento científico, las emociones, las percepciones sensoriales y el comportamiento también están influenciados por el cerebro. Por ejemplo, una enfermedad del cerebro conduce a trastornos del comportamiento, ceguera o epilepsia.
El diencéfalo asegura que el sistema hormonal funcione correctamente. También cumple la función de regular procesos corporales independientes que no pueden ser influenciados conscientemente. Estos incluyen, por ejemplo, la ingesta de alimento, el apetito y la saciedad, así como la adaptación de la temperatura corporal y el mantenimiento del equilibrio agua-electrolitos. El tronco encefálico mantiene el sistema nervioso en funcionamiento y el sistema límbico vincula los instintos y las cosas aprendidas. Los sentimientos, la motivación y las reacciones también están regulados por el sistema límbico. Finalmente, el sistema vestibular también se denomina órgano de equilibrio. Si algo anda mal, el gato puede, por ejemplo, inclinar la cabeza, caerse fácilmente o girar hacia un lado al caminar.
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