Postura de gato
Si ya tiene un gato y tiene un segundo gato, reunirse puede causar problemas. Porque cuando un recién llegado entra en el territorio de su "gato viejo", las peleas iniciales no son infrecuentes. Lea aquí lo que puede hacer para lograr la armonía lo más rápido posible.
Los problemas para juntar a dos gatos no son motivo de pánico al principio. Los gatos "establecidos desde hace mucho tiempo", en particular, necesitan su tiempo para acostumbrarse a los recién llegados a su territorio. Como titular, debe ser una cosa ante todo: paciente. En casos difíciles, pueden pasar varios meses hasta que ambas patas aterciopeladas se acostumbren entre sí.
Problemas al principio: la separación espacial ayuda
Si ambos gatos no se llevan bien de inmediato, primero debe trasladar al recién llegado a una habitación que su gato que ya está en casa rara vez o no use en absoluto; de esta manera, su gato viejo no tendrá ningún pensamiento de pérdida. Ahora es importante que ambos animales se conozcan lentamente.
Asegúrese de que los combatientes se acostumbren entre sí a través del contacto visual regular (por ejemplo, a través de una rejilla en el marco de la puerta), pero que aún no puedan entrar en contacto cercano. Consejo: lo ideal es equipar el área alrededor de los dos gatos domésticos durante un tiempo con las mantas, cestas o juguetes del otro gatito, para que ambos se acostumbren más rápidamente al olor del "extraño".
Fusionar: monitorizar contacto
Pasado el período de aclimatación, o cuando ambos ya no reaccionen agresivamente al otro, puedes atreverte a reunirte. Debes estar atento a los dos para poder intervenir en caso de posibles escaladas. Recuerde que las peleas iniciales son naturales y forman parte de un importante proceso de clasificación. Solo interfiera con aplaudir, gritar en voz alta o incluso con una pistola de agua cuando la lucha por el poder se salga de control y haya riesgo de lesiones.
Cree armonía y asociaciones positivas jugando con ambos gatos y organizando comidas juntos. Básicamente, debe diseñar su apartamento de tal manera que ambos animales tengan suficientes oportunidades para retirarse y puedan meterse en problemas cuando estén estresados. Si ambas cabezas obstinadas simplemente no se llevan bien, un psicólogo de gatos puede ayudarlo.
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