Consejos de nutrición
Independientemente del tipo de enfermedad hepática que padezca su animal, una dieta hepática individual es una parte esencial de cualquier terapia. Debido a que el órgano está involucrado en muchos procesos metabólicos, una nutrición adecuada juega un papel muy importante cuando el hígado está dañado.
Una dieta para el hígado debe adaptarse precisamente a las necesidades de su amigo de cuatro patas. Si el hígado está dañado, su perro necesita más de algunos nutrientes de lo habitual, pero solo puede consumir ciertas otras sustancias en pequeñas cantidades para no dañar más el órgano. El aspecto exacto de la dieta de convalecencia para un amigo de cuatro patas con enfermedad hepática depende de cuánto haya progresado la enfermedad, cómo haya progresado hasta ahora y, por supuesto, qué tipo de enfermedad sea.
Recomendaciones para una dieta para el hígado
En principio, se aplica lo siguiente: El suministro de energía en una dieta para el hígado debe estar ligeramente por encima de las necesidades reales del animal. De esta forma se puede prevenir la pérdida de peso que suele producirse con las enfermedades hepáticas. Dado que los perros con enfermedad hepática a menudo comen solo un poco, debe elegir alimentos ricos en calorías. Su amigo de cuatro patas tiene que comer comparativamente poco para satisfacer sus necesidades energéticas. En general, se recomienda especialmente la alimentación con muchas comidas pequeñas en lugar de unas pocas grandes como parte de una dieta para el hígado.
Enfermedad hepática: esto es lo que su perro necesita ahora
En general, la comida para perros para una dieta hepática debe ser alta en grasas y carbohidratos, pero baja en proteínas. Si el pienso contiene proteínas, estas deben ser de una calidad especialmente alta para evitar la degradación de la masa muscular a pesar de la baja ingesta de proteínas. Su perro también necesitará zinc cuando el hígado ya no funcione correctamente. El oligoelemento ayuda a descomponer el cobre, lo que podría dañar gravemente el hígado. Las denominadas fibras, que se obtienen de la remolacha azucarera o las zanahorias, por ejemplo, también deben añadirse al pienso: reducen la absorción de amoniaco tóxico del intestino al hígado. Puede pedirle a su veterinario comida especial para perros que cumpla exactamente con estos requisitos o puede prepararla usted mismo de acuerdo con sus instrucciones. Por ejemplo, se recomiendan el arroz cocido y otras pastas porque son fáciles de digerir.
Enfermedades hepáticas en perros: ¿que son?
Buenas defensas para perros: consejos
Alimentar a los perros con alimentos ligeros: ¿cuándo tiene sentido?