Postura de gato
El perro y el gato pueden vivir juntos en paz en un hogar, siempre que los amigos de cuatro patas tengan tiempo para acostumbrarse cuidadosamente el uno al otro. Se requiere paciencia, tiempo y empatía por parte del maestro o amante.
Un perro y un gato pueden acostumbrarse. Sin embargo, eso no sucede de la noche a la mañana, se necesita mucha paciencia y la estrategia correcta. Si le presenta su pata de terciopelo a su amigo de sangre fría de cuatro patas con la sensibilidad necesaria, es muy probable que las dos mascotas diferentes no solo aprendan a tolerarse, sino que incluso se conviertan en amigos.
Acostumbrar a las mascotas entre sí: así es como empezar
Antes de que los dos amigos de cuatro patas se conozcan, puedes empezar a acostumbrarlos al olor o los sonidos del otro, por ejemplo, dándole al perro una manta sobre la que dormía la pata de terciopelo, o al gato una grabación de perro. ladrar fingir Cuando reúna a su perro y su gato, es mejor mantener al perro con una correa para comenzar. El gato, por otro lado, debería ofrecer muchas oportunidades para esconderse y retirarse.
Si los animales se encuentran por primera vez, sepárelos inmediatamente al menor signo de agresión. Permanece soberano y alaba exuberantemente al perro por permanecer en paz. Lo mejor es hacer el primer intento de reunificación con dos personas para que cada uno pueda hacerse cargo de un animal. Si el perro y el gato comienzan a tolerarse, finalmente se puede iniciar un intento sin correa, pero aquí el gato debe tener la oportunidad de escapar y usted debe estar listo para intervenir en cualquier momento. En ningún caso debe realizarse una caza que pueda traumatizar permanentemente al gato.
La práctica hace a la perfección para perros y gatos
En los casos más raros, las mascotas se pueden juntar en el primer intento. Por tanto, el tiempo y la paciencia son claves. Mantén la calma y sigue intentándolo. Los contratiempos son normales. En caso de duda, es mejor hacer una pausa y mantener a los animales separados un rato en lugar de obligarlos a acostumbrarse a ellos. Cuando ambos animales hayan alcanzado el punto en el que finalmente pueda intentar el contacto sin correa, después de la primera fase de observación intensiva, intente continuar con sus actividades cotidianas al margen. Después de todo, sus nuevos compañeros de cuarto deben acostumbrarse al hecho de que vivir juntos es algo completamente normal lo más rápido posible.
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