Derecha… ?
Después de una caída, el gato siempre aterriza a cuatro patas; al menos desde un punto de vista estadístico, lo hace con mucha frecuencia. Y no sin razón. Porque los gatos domésticos saben muy bien saltar y caer.
Prepárese para aterrizar: gato a cuatro patas acercándose
Idealmente, se trata de una planificación perfecta. Los gatos pueden juzgar sus saltos antes de despegar. Entonces conoces el riesgo. Pero, ¿qué pasa con los tigres domésticos que caen repentinamente del alféizar de la ventana o de la copa de un árbol? Porque incluso en caso de caída, los animales casi siempre aterrizan a cuatro patas.
La calma después de la caída
En primer lugar, los gatos son animales muy ágiles. Si te caes, primero giras tu cuerpo delantero, luego jalas tu parte trasera y así alcanzas la posición de vuelo deseada, con las patas hacia abajo. Este no es un comportamiento entrenado, sino un comportamiento natural similar a un reflejo. Los factores de tiempo y altura juegan un papel importante. Si la altura es demasiado baja, el gato no tendrá tiempo suficiente para girar. Esto explica la paradoja de que un gatito que se cae del cuarto piso de una casa tiene más posibilidades de sobrevivir que su colega atigrado, para quien el balcón de un piso más abajo se ha vuelto fatal.