Propiedad del perro
Los perros son animales fascinantes que nos asombran cada día. El cerebro del perro es decisivo para la fascinación de nuestras narices peludas. En términos de función y estructura, incluso se parece a la de los humanos. Pero existen algunas diferencias. Lea más sobre cómo funciona el cerebro del perro aquí.
Varias disciplinas de la ciencia se ocupan del estudio del cerebro del perro, como la neurociencia, la medicina y el comportamiento. El complejo órgano no es fácil de descifrar, especialmente con respecto a puntos como el sentimiento, el pensamiento y la conciencia: los perros no pueden hablar con los investigadores como los humanos, por lo que las verdades absolutas son pocas y distantes entre sí. Sin embargo, hay mucha más claridad con respecto a la estructura y función de las regiones cerebrales individuales.
El cerebro del perro: estructura y función
El cerebro del perro se puede dividir en varias áreas, que tienen diferentes funciones: está, por ejemplo, la médula, la médula alargada. Aquí es donde las funciones más originales, como la respiración, están en casa. El cerebelo controla el movimiento exacto de las extremidades y le da al amigo de cuatro patas una orientación espacial o le proporciona una percepción espacial. Aquí también se evalúan los estímulos ópticos y acústicos. El mesencéfalo es la base de los recuerdos y las emociones. El mesencéfalo incluye el sistema límbico, que incluye componentes como la amígdala y el hipocampo.
La información neutra llega al cerebro del perro a través de los órganos sensoriales, a los que el grano de almendra le da valor emocional. Luego, esta información se compara con los recuerdos del hipocampo y se transmite a la corteza cerebral. El cerebro es el área de los mamíferos donde tienen lugar el pensamiento y la planificación conscientes. También es el centro de las funciones motoras y sensoriales. La corteza cerebral, por así decirlo, forma la imagen del mundo.
El cerebro del perro en comparación con el cerebro humano
El cerebro del perro tiene mucho en común con los humanos, y otros mamíferos, en términos de estructura y funciones, pero no puede mantenerse al día en términos de rendimiento. Se puede encontrar una gran diferencia en el cerebro, por ejemplo. Los seres humanos tienen muchas más células grises que una nariz peluda y, por lo tanto, piensan de una manera mucho más compleja y comprenden las interrelaciones más difíciles, por lo que tienen, entre otras cosas, mucho más espacio para pensar. Los perros se quedan atrás en términos de inteligencia.
Sin embargo, si un perro ha sido entrenado para usarlo, puede reconocer un billete de cinco euros. Sin embargo, no entiende para qué se utiliza ni qué es el sistema monetario. Las funciones sensoriales son particularmente importantes para los perros. Por ejemplo, la nariz, donde nuestros amigos de cuatro patas tienen mucho por delante: el área del cerebro responsable del sentido olfativo en los mamíferos tiene muchas más células en los perros que en los humanos.
Por eso los perros necesitan su sentido del tacto.
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