Enfermedades animales
Un gato que sufre de hidrocefalia siempre debe recibir tratamiento lo antes posible. Los gatos con cabezas de agua, como se conoce coloquialmente a la afección, pueden recibir ayuda de varias maneras.
Si los gatos con hidrocefalia no reciben tratamiento, las posibilidades de supervivencia no son buenas. Cuanto antes se inicie la terapia, más daño se puede evitar. El objetivo de las opciones de tratamiento es siempre reducir el líquido cefalorraquídeo (licor) acumulado en la cabeza.
Tratamiento farmacológico para la hidrocefalia
Los gatos con cabeza de agua tienen una relación alterada entre la producción y la absorción de agua del cerebro, lo que hace que se acumule en el cráneo y asegure que el cerebro se propague. Se pueden usar medicamentos para prevenir daños por la expansión del cerebro dentro del cráneo. Estos pueden garantizar que el licor se absorba mejor y, por lo tanto, se descomponga, o que no se produzca en grandes cantidades. El éxito de la terapia con medicamentos no siempre está garantizado.
Se pueden operar gatos con cabeza de agua
La alternativa quirúrgica al tratamiento médico para gatos con cabezas de agua apunta a un mecanismo diferente: durante la operación, el exceso de licor es guiado desde la cabeza mediante un sistema de tubos hacia la cavidad abdominal, donde puede ser absorbido y transportado por el cuerpo. La llamada derivación ventrículo-peritoneal se guía desde la cabeza hasta el abdomen debajo de la piel del gato y alivia el cerebro del gato.
La cirugía es más prometedora cuando el cerebro recién comienza a expandirse y aún no ha afectado mucho tejido. En el mejor de los casos, los gatos con cabezas de agua pueden recuperarse por completo. Sin embargo, los exámenes regulares en el veterinario son obligatorios, tanto cuando se usan medicamentos como después de una operación.
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