Síntomas de la enfermedad
Los perros están envejeciendo, ya que la atención médica y la nutrición de los perros para amigos de cuatro patas avanzan constantemente. Desafortunadamente, al igual que los humanos, los perros pueden desarrollar demencia. Este efecto secundario del aumento de la esperanza de vida también se denomina síndrome de disfunción cognitiva y se manifiesta a través de varios síntomas.
Los síntomas de la demencia en perros son muy similares a los signos de demencia o Alzheimer en humanos. La memoria y las habilidades mentales de los perros afectados continúan disminuyendo y, como resultado, su comportamiento también cambia.
Cuando los perros viejos pierden la memoria
A lo largo de los años, su leal amigo siempre ha obedecido todas las órdenes básicas, lo ha saludado con alegría, ha disfrutado jugando y ha tenido un apetito saludable, y ahora que es mayor, ¿apenas lo reconoce? Esto podría deberse a que su perro se está volviendo demente y se está deteriorando mentalmente gradualmente. Está perdiendo la memoria.
Los perros con demencia a menudo pierden el rumbo u olvidan cosas que solían dar por sentado. Puede estar deambulando por el apartamento sin rumbo fijo o simplemente deteniéndose con la cabeza contra la pared. O espera horas adentro frente a la puerta principal para que lo dejen entrar porque ya no sabe que ya está en la casa. Poco a poco ya no comprende las órdenes sencillas y cotidianas, aunque todo está bien para sus oídos. Es posible que se sienta confundido tan pronto como lo deje salir o que esté parado frente a su plato de comida y ya no sepa cómo comer.
Síntomas de la demencia: comportamiento modificado
Además, pueden presentarse otros síntomas, que se expresan en un cambio de comportamiento. Tu perro, que solía ser tan feliz, puede parecer repentinamente retraído y ya no saludarte. Puede ser porque se ha olvidado de quién eres a causa de su demencia. Además de la aparente pérdida de apetito, los perros con demencia ya no pueden ser entrenados en casa. O ya no saben que solo se les permite hacer sus negocios afuera, o se dan cuenta demasiado tarde de que tienen que hacerlo. También puede suceder que un perro demente comience a ladrar o gimotear sin motivo aparente, a veces en medio de la noche, porque su ritmo de sueño ha cambiado. Esta es una señal de que está confundido e inquieto y está pidiendo ayuda.
Si descubre que su perro tiene algunos de estos síntomas de demencia, debe llevarlo al veterinario. Porque algunos signos también pueden apuntar a otras enfermedades físicas. El médico primero debe descartar esto antes de poder diagnosticar la demencia y comenzar una terapia que ralentice el curso de la enfermedad.
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