Educación de gatos
Si estás tratando de que los gatos no mendiguen, prepárate para mucho trabajo. Probablemente una vez se haya ablandado en la mesa y le haya dado algo de comida a su pata de terciopelo. Un gran error, porque tu mullido compañero de habitación recordará instantáneamente su éxito. Hay algunas formas de intervenir, pero debes ser constante.
Evita que el gato mendigue: ignorarlo ayuda
No importa lo lindo y desafiante que sea el gatito cuando se sienta en el piso junto a la mesa del comedor, ¡no te rindas! Ahora se requiere una voluntad fuerte, porque si quieres romper con eficacia la mendicidad de tu gato, una cosa sobre todo ayuda: ignórala. Tu tigre doméstico necesita aprender que eres consistente y que nunca obtendrá nada de tu comida.
En algún momento, incluso el gato más terco se aburrirá y dejará de intentar agarrar una golosina en la mesa. También es útil alimentar a su gato antes de sentarse a la mesa del comedor. Los tigres domésticos satisfechos mendigan con menos frecuencia. Además, el lugar para comer de su gato debe estar en una habitación diferente a la de su propio comedor.
Si el gato se vuelve demasiado descarado: medidas claras
Pero la falta de atención no hace que todos los mendigos peludos huyan. Si su gato se pone de pie con sus patas delanteras sobre sus piernas o incluso salta sobre la mesa para ayudarse a sí mismo, intervenga de inmediato. Combine este comportamiento prohibido con una consecuencia: retire su pata de terciopelo de la mesa y diga claramente "¡No!" Para que se produzca un efecto de aprendizaje, siempre debe reaccionar de la misma manera. Se necesita paciencia para evitar que los gatos mendiguen.
No-gos en el entrenamiento de gatos
Algunos intentan evitar que los gatos mendiguen asustándolos o exponiéndolos a cosas desagradables. Esto podría ser un fuerte aplauso, soplar en la cara del gato o una bocanada del rociador de flores. También se suele utilizar el traqueteo de una lata de bebida vacía con monedas. Sin embargo, no se recomiendan estas medidas drásticas ya que asustarán o lastimarán a su amada. Los ruidos fuertes son insoportables para los sensibles oídos de los gatos.
Educación preventiva: prevención del mal comportamiento
Para que ni siquiera termine en la situación en la que su gato ruega por su comida, debe asegurarse de que haya reglas claras desde el principio. La rutina ayuda a los amigos peludos. Aliméntelos y luego traiga su propia comida a la mesa. Si llega de todos modos y quiere comer contigo, ponla en su propio plato sin hablar mucho. Manténgase ocupado y / o su familia mientras come. Miez se queda fuera, por lo que la comida deja de ser interesante y te deja en paz. Por supuesto, esto puede ir seguido de sesiones de abrazos.
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